martes, 9 de febrero de 2016

Operación chupete


Me gustaría contaros como nos hemos librado del chupete en esta casa, partimos de la base de que Valeria es la que usaba el chupete, Leo nunca ha querido, le daban arcadas y yo tampoco forcé la relación.



Esto lo habéis oído muchas veces, pero es una verdad como un templo, cada niño es un mundo. Cada niño necesita su tiempo, no maduran a la vez ni reaccionan a los mismos estímulos de la misma manera, a parte, que cada niño usa el chupete para una función diferente, para calmarse, para protegerse... 
Mi hija es una niña que desconfía mucho de primeras, le cuesta abrirse a la gente y el chupete era su escudo para no tener que interactuar con desconocidos, el problema vino cuando nació su hermano, no quisimos que asociase la llegada del bebé a casa como el desencadenante de tener que despedirse de su preciado chupete.
En la revisión de los dos años, nos comentó la pediatra, que podía estar abriéndole el paladar de arriba, aunque los que usaba eran especial de dentición, y encima, observamos que Valeria estaba adecuando su lenguaje a llevar siempre el chupete, por lo que no vocalizaba como debía ya que la lengua no tenia los movimientos que tenía que tener.

¿Y como le quito el chupete a una niña que no se fía de nadie y se excusa en él cuando se asusta o esta nerviosa? Os prometo que me daba pavor porque ya sabía que con ella no iban a servir las técnicas, "dejaselo a los Reyes Magos", "se lo ha llevado un perrito" (tenemos dos en casa) o "se lo damos a la doctora para otro niño, que tu ya no eres un bebé". 

Así que mi primera opción fue cortar un trozo de tetina a uno, claro, en ese si funcionó, se lo sacó de la boca, lo miró extrañada y me dijo "otro, este roto", y el siguiente chupete lo inspeccionó que riete tu de Sherlock Holmes...

La segunda opción, y en nuestro caso ganadora, fue hacer incisiones con un cúter a las tetinas, de primeras no se ve nada raro, pero cuando van a succionar no hace vacío y encima se abre, así que me decía "asco" y luego los tiraba a la basura ella misma, ¡ojo! esto es muy importante, porque después de varios días, cuando le daba el bajón (desintoxicación chupetil), yo la tenía que recordar que no había chupetes porque ELLA MISMA los había tirado a la basura (un día fue y abrió el cubo por si había alguno y lo rescataba.... muahahaha)
Poco a poco nos deshicimos de todos los chupetes, menos de uno que nos regalo su tía al nacer que pone su nombre y lo tengo escondido de recuerdo.

¿Sabéis por qué pienso que (a nosotras) nos funcionó este método? porque la hice participe, no lo hice a sus espaldas, no los tiré y le conté un cuento chino que debía de creer si o si. Hice algo que provocó que le dejasen de gustar (bueno...) y que los tirara ella, así que cada vez que me los nombraba, sólo le tenia que decir que los había tirado porque "eran asco" y ella lo entendía.
No la dejé el de por la noche, ella no iba a entender que por qué no podía por el día, y si por la noche.

Los beneficios han sido bastantes: duerme mejor sin pedir el chupete, ya no se despierta nombrándolo a gritos, Valeria habla perfectamente, de hecho, arranco a hablar y ahora no calla, le ha hecho enfrentarse a situaciones de estrés y afrontarlas como interactuar mas con la gente y con otros niños, y hemos corregido la mordida.

Eso sí, estuvimos un mes mas o menos, que me pedia chupetes, y que cuando tenia una rabieta se metia la mano en la boca, pero es con paciencia y dialogando como la hemos superado... eso si, si pilla un chupete se lo mete en la boca (lo ha hecho con uno de ganchillo y con uno de un muñeco).

Asi que cada niño a su tiempo, pero muchas veces es mas nuestra angustía la que nos hace posponer retos, por lo menos, en mi caso.

¿Qué tal vuestra experiencia con el chupete?


2 comentarios:

  1. Qué buena idea lo de cortarlo. Lo tendré en cuenta en caso de que con Martín nos cueste retirarlo. La verdad que con Carlota nosotros utilizamos la técnica se lo ha llevado..., en nuestro caso una gaviota que vimos en la playa y funcionó. Una siesta y una noche de lloro y adiós al chupete. Qué bien que Leo no quisiera, un ahorro y un problema menos cuando llegue a los dos añines, más o menos.
    Un besote y qué bien volver a leerte :-)

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    1. recuerda, mas que cortarlo, rájalo, porque si lo cortas ven el agujero y el segundo no cuela jijijiji muchas gracias guapa, es que no quiero abandonar el blog, pero es verdad que en la blogosfera maternal ya se ha escrito de todo y eso es lo que no me motiva tanto.. :)

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