jueves, 11 de febrero de 2016

Pañal fuera

Uno de los temas que nos traen por la calle de la amargura en la maternidad, es el dichoso pañal (y las prisas por quitarlos antes de que empiecen el colegio, habitualmente los tres años).
Entre que nunca vemos el momento de liarnos a ello, que oyes a Fulanita que fatal, Menganita que dos mil lavadoras al día y fregona en mano detrás del churumbel y otras tantas experiencias... a mi, personalmente, me daba pavor enfrentarme a ello con mi hija y con un bebé en casa.
 Yo nunca la veía preparada, no le molestaba el pañal, no quería braguitas, nada...

Al principio, Valeria entraba en rabieta si la ponías en el orinal a hacer caca (de vientre, aguas mayores, po-po... como queráis llamarlo, pero no deja de ser caca), yo la intentaba explicar que si lo hacía sentada, en vez de de pie con el pañal, le dolería menos y no costaba tanto, así que, con mucha paciencia, pasamos de esconderse para hacerla, a poder cogerla y llevarla al orinal, os digo, con paciencia y sin prisa.  
En la guardería traté el tema y me comentaron que teníamos todo este año para ir quitando el pañal, pero que si lo quitaba, lo hiciese de golpe (menos el de por la noche) porque sino se confundían... yo no se si esto se basa en algo científico, pero a nosotras nos ayudó ir sin pañal en casa y seguir usándolo al salir a la calle durante una temporada, dos meses mas o menos, y cuando en casa ya iba ella sola y no nos lo pedía, fue cuando se lo quité en la calle también. No debemos obviar que los niños son muy listos y que al final debemos hacer lo que creamos conveniente, mas allá de cualquier dictamen establecido.

Finalmente, decidimos retirarlo completamente (menos el de la noche) en las vacaciones de Navidad de la guardería, ya que íbamos a pasar muchos días juntas en casa,.. Y nos fue muy bien, con apenas fugas fuera de casa, y pidiéndonos hacer pis. Un alivio. 
Si estáis en pleno proceso, os doy unas claves que nos han ido muy bien, por si os ayudan.



  • Comprar el orinal con antelación. Nosotros lo heredamos de mi sobrino, y Valería se sentó muchas veces por iniciativa propia, así, para conocerse. No queráis comprarlo y que se sienten cómodos el primer día. (Aquí encontraréis varios modelos de Tutete).
  • Colocar el orinal en una zona cómoda, para el niño. Si el se siente mejor usándolo en el salón, pues el salón, si que es verdad que si está en el baño, yo acompañaba a Valeria para que viese que lo normal es usarlo, yo usaba el váter y la animaba a hacerlo ella en el orinal a la vez.
  • Ser abiertos de mente. si el orinal no les gusta nada de nada, probar adaptadores del inodoro, quizás lo asocien mas a hacer sus necesidades en el vater por imitación parental.
  • Dejarles tecnología. A mi hija le encanta ver a Josefa La cerda en la tablet, así que si le sentábamos para que hiciese caca, le dejábamos la tablet y aguantaba mas.
  • Al principio, sentarles cada cierto tiempo, porque de primeras no os pedirán el pis ni nada y se lo acaban haciendo encima, así que cada 5 minutos, luego 10, luego 20... y así progresivamente.
  • Hacer una FIESTA cuando lo consigan hacer bien, si, si, inventad una canción, un baile, poner un tablón con caritas, recompensas... ¡lo que veáis que le motive! ("adiós caca, adiós!!" fue el hit numero 1 en los Cuarenta Mamitales durante un mes en casa)
  • Nunca les regañéis si no lo consiguen, no se deben agobiar ni coger miedo, en el aprendizaje es normal el error/logro, por lo tanto, con tranquilidad, no pasa nada, se le explica donde se hace el pis y la caca y listo, es practica, pero también muuuuuuucha teoría. Quitarle importancia para que niños que sean mas retraídos no empeoren.
  • Comprar ropa interior motivadora, bonita, de sus personajes preferidos, y comprarla de 10 en 10...
  • No tengáis prisa, tener paciencia.
  • La última clave, y mas importante, esperar a que estén preparados, fijaros en las señales, a veces las presiones sociales ("Luis con 15 meses ya no usaba", "Manolo a los 3 días ya no mojaba el de por la noche", "Juanita ya no lleva y es mas pequeña"...) hace que nos adelantemos a su madurez, y lo que, en un niño preparado se consigue en una semana, podemos alargarlo en un infierno de meses, así que TRANQUILIDAD.
Espero que estas pautas os ayuden, yo no soy experta, soy madre, así que seguro que algo no lo hice bien, pero me ha funcionado.

Y vosotros, ¿tenéis alguna otra clave para el éxito para quitar el pañal? Contadme, que aún me queda, para un futuro, su hermano ;)

martes, 9 de febrero de 2016

Operación chupete


Me gustaría contaros como nos hemos librado del chupete en esta casa, partimos de la base de que Valeria es la que usaba el chupete, Leo nunca ha querido, le daban arcadas y yo tampoco forcé la relación.



Esto lo habéis oído muchas veces, pero es una verdad como un templo, cada niño es un mundo. Cada niño necesita su tiempo, no maduran a la vez ni reaccionan a los mismos estímulos de la misma manera, a parte, que cada niño usa el chupete para una función diferente, para calmarse, para protegerse... 
Mi hija es una niña que desconfía mucho de primeras, le cuesta abrirse a la gente y el chupete era su escudo para no tener que interactuar con desconocidos, el problema vino cuando nació su hermano, no quisimos que asociase la llegada del bebé a casa como el desencadenante de tener que despedirse de su preciado chupete.
En la revisión de los dos años, nos comentó la pediatra, que podía estar abriéndole el paladar de arriba, aunque los que usaba eran especial de dentición, y encima, observamos que Valeria estaba adecuando su lenguaje a llevar siempre el chupete, por lo que no vocalizaba como debía ya que la lengua no tenia los movimientos que tenía que tener.

¿Y como le quito el chupete a una niña que no se fía de nadie y se excusa en él cuando se asusta o esta nerviosa? Os prometo que me daba pavor porque ya sabía que con ella no iban a servir las técnicas, "dejaselo a los Reyes Magos", "se lo ha llevado un perrito" (tenemos dos en casa) o "se lo damos a la doctora para otro niño, que tu ya no eres un bebé". 

Así que mi primera opción fue cortar un trozo de tetina a uno, claro, en ese si funcionó, se lo sacó de la boca, lo miró extrañada y me dijo "otro, este roto", y el siguiente chupete lo inspeccionó que riete tu de Sherlock Holmes...

La segunda opción, y en nuestro caso ganadora, fue hacer incisiones con un cúter a las tetinas, de primeras no se ve nada raro, pero cuando van a succionar no hace vacío y encima se abre, así que me decía "asco" y luego los tiraba a la basura ella misma, ¡ojo! esto es muy importante, porque después de varios días, cuando le daba el bajón (desintoxicación chupetil), yo la tenía que recordar que no había chupetes porque ELLA MISMA los había tirado a la basura (un día fue y abrió el cubo por si había alguno y lo rescataba.... muahahaha)
Poco a poco nos deshicimos de todos los chupetes, menos de uno que nos regalo su tía al nacer que pone su nombre y lo tengo escondido de recuerdo.

¿Sabéis por qué pienso que (a nosotras) nos funcionó este método? porque la hice participe, no lo hice a sus espaldas, no los tiré y le conté un cuento chino que debía de creer si o si. Hice algo que provocó que le dejasen de gustar (bueno...) y que los tirara ella, así que cada vez que me los nombraba, sólo le tenia que decir que los había tirado porque "eran asco" y ella lo entendía.
No la dejé el de por la noche, ella no iba a entender que por qué no podía por el día, y si por la noche.

Los beneficios han sido bastantes: duerme mejor sin pedir el chupete, ya no se despierta nombrándolo a gritos, Valeria habla perfectamente, de hecho, arranco a hablar y ahora no calla, le ha hecho enfrentarse a situaciones de estrés y afrontarlas como interactuar mas con la gente y con otros niños, y hemos corregido la mordida.

Eso sí, estuvimos un mes mas o menos, que me pedia chupetes, y que cuando tenia una rabieta se metia la mano en la boca, pero es con paciencia y dialogando como la hemos superado... eso si, si pilla un chupete se lo mete en la boca (lo ha hecho con uno de ganchillo y con uno de un muñeco).

Asi que cada niño a su tiempo, pero muchas veces es mas nuestra angustía la que nos hace posponer retos, por lo menos, en mi caso.

¿Qué tal vuestra experiencia con el chupete?